









Artículo: AMZ-B010E7MCJU
Biorretroalimentación de presión del estabilizador de Chattanooga
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0.45 kg
No
Nuevo
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- Diseñado para la prevención y el tratamiento del dolor de espalda y el dolor de cuello y para mejorar la estabilidad central
- Cuenta con un indicador visual de si está ejercitando los músculos posturales correctos, de la manera correcta, al realizar ejercicios específicos
- Proporciona un rango de medición de 0 a 200 mmHg de presión analógica con una precisión de +/- 3 mmHz
- Úselo con ejercicio para proteger y estabilizar las articulaciones, prevenir y tratar el dolor lumbar y de cuello, mejorar los ejercicios de estabilización del tronco y mejorar los programas de ejercicio en casa Alimentos
- comunes para su uso incluyen el síndrome facetario, resbaladizo disco, dolor lumbar, ciática, espondilolisis y espondilosíntesis
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La biorretroalimentación de presión del estabilizador de Chattanooga es un dispositivo fácil de usar que proporciona una indicación visual de si se están ejercitando los músculos posturales correctos, de la manera correcta, al realizar ejercicios específicos. Destinado a la prevención y el tratamiento del dolor de espalda y cuello y a mejorar la estabilidad central. El estabilizador de Chattanooga permite reeducar los músculos mediante biorretroalimentación, de forma que el médico y el paciente puedan determinar si el paciente es capaz de aislar y mantener de forma selectiva las contracciones de los músculos estabilizadores del núcleo cervical o lumbopélvico. El rango de medición es de una presión analógica de 0 a 200 mmHg con una precisión de presión de +/- 3 mmHz. Úselo junto con el ejercicio para proteger y estabilizar las articulaciones, prevenir y tratar el dolor lumbar y cervical, mejorar los ejercicios de estabilización del tronco y mejorar los programas de ejercicio en casa. Con un uso continuo y adecuado, puede mejorar su calidad de vida al mejorar la función muscular, disminuir los síntomas del dolor y, posteriormente, disminuir los medicamentos antiinflamatorios. Los alimentos más comunes que se utilizan incluyen el síndrome facetario, la hernia discal, la lumbalgia, la ciática, la espondilólisis y la espondilosíntesis.